Sagasta y Cuba. Una visión desde el parlamento
De problema interior a conflicto internacional
DOI:
https://doi.org/10.69791/rahc.160Palabras clave:
Sagasta, Cuba, Parlamento, España, problema interior, conflicto internacionalResumen
Desde que Colón llegara a la isla de Cuba, que él mismo denominó «como la más hermosa», se convirtió en un eje fundamental del Caribe. Tras el proceso emancipador de las colonias en América España quedó reducida en ese continente a las caribeñas Cuba y Puerto Rico. Así nació la denominada cuestión cubana, que prácticamente perduró a lo largo del resto del siglo xix, vinculada a su vez al desarrollo liberal, y tema no siempre bien resuelto como mostrarán la pérdida definitiva de los territorios ultramarinos tras el 98. Así aparecerá la figura de Sagasta, diputado, ministro y presidente del Gobierno desde 1854 hasta su muerte en 1903. El presente trabajo es la perspectiva que Sagasta va a ir poniendo encima de la mesa a través de la segunda mitad del siglo xix en el debate parlamentario. Ello nos permitirá seguir sus planteamientos sobre las variadas e interesantes controversias en que el prócer se vio involucrado a lo largo de ese tiempo. Temas diversos, desde la contrata de carbones, hasta los Tratados con Inglaterra y sus repercusiones, sobre la Guerra de los Diez Años, el Grito de Yara, Paz de Zanjón, la denominada Guerra Chiquita, el nacimiento del Partido Revolucionario Cubano de José Martí hasta la guerra de 1895-1898 y el conflicto con los Estados Unidos y su consecuente paz. Lo que había empezado siendo un problema de política interior española se había terminado convirtiendo en un conflicto internacional al que no se supo o no se pudo poner otro punto final que la pérdida de las últimas colonias en los continentes americanos. El propio Sagasta habló de una España «enflaquecida», con un «presupuesto quebrantado», y con un reconocimiento de que las máquinas potentes del enemigo nos pudieron, asumiendo errores y culpas.